vieja señora fantasías con un bebé caliente

Una vieja señora estaba andando por el parque un día despejado y soleado mirando los árboles y debajo de ellos vio a un hermoso bebé sentado en una manta. Se detuvo para observarlo y sus ojos brillaron de deseo. Su corazón comenzó a latir con anticipación. Se aproximó a él en silencio y se arrodillo al lado, lo suficientemente cerca para sentir el calor de su cuerpo. El bebé la miró con curiosidad, entonces esa vieja señora cariñosamente coloca una mano sobre su cabecita. Pudo haber una profunda atracción entre los dos. La anciana no pudo evitar tocar el labio teñido del bebé, se sentía tan delicioso y cálido. Sus fantasías comenzaron a girar. Poco a poco, se fue desplazando más alla del límite. Los deseos se estaban encendiendo en su interior. Y así, la vieja señora estaba allí fantaseando con el bebé caliente, recordando lo deseada y dulce que era la juventud.