vieja abuela blanca correrse por mi polla

Mi abuela es una vieja blanca, alta y con finos huesos. Su cabello, del mismo color plateado que sus ojos, le caía sobre los hombros. Habíamos pasado el día juntos y, antes de irme, ella me dijo que había algo más antes de que me fuera. Me llevó a su cuarto y se quitó la ropa con suavidad. Sus senos eran generalmente suaves y salían cada vez más delgados. Ella se arrodilló, recogió mis pantalones y comenzó a moverse lentamente, de arriba abajo por mi polla. Mis ojos se abrieron con asombro y me quedé paralizado, mientras mi antigua abuela blanca continuaba masturbándome con habilidades increíblemente expertas. Ella era increíblemente astuta y sabía lo que iba a darme. Mi polla temblaba de placer. Me había llevado a un lugar del que nunca podría salir.