una esposa madura disfruta de una buena cogida en la cama

Ella, una esposa madura, siempre disfrutaba de su tiempo con su esposo. Esta noche era especial para ellos. La buena cogida en la cama nunca había sido tan deliciosa. Él la besó con pasión mientras ella, cerrando los ojos, se dejaba llevar a otro nivel de placer. La suavidad de su mentón mientras la besaba, la fuerza con la que trazaba un camino con sus manos y toda la sensualidad en su mirada eran el mejor ambiente para culminar la noche para la esposa madura. Él sabía muy bien como acercarse a ella. Le acarició suavemente el pecho y bajó por la curva de su cintura. Su lengua era como un fuego que se propagaba por cada rincón de su cuerpo, le hacía estremecerse de placer. Le susurraba palabras suaves y sabía exactamente lo que su esposa madura quería. Su cuerpo ya no podía más y ya no estaban sólo en la cama; ¡estaban en el cielo! Sus suspiros cada vez eran más intensos y el vaivén de sus cuerpos hizo una suave melodía. Increíblemente entregados, la cogida fue mucho más que una simple noche de lujuria; fue una historia de amor.