una atractiva mujer mayor jugando con un coño peludo

Esta vez, una atractiva mujer mayor estaba sola en su pequeño apartamento. Se sentaba en la cama, con una media sonrisa en su rostro, y en sus manos, un juguete suave peloso. El suave coño peludo había sido un regalo de un amante reciente, y a ella le encantaba jugar con él. Con sus dedos traviesos, ella erizaba la suave piel del animal, disfrutando de la sensación íntima, cálida y acogedora. Lentamente comenzó a deslizarse por la tirantez de sus músculos, excitándose cada vez más a medida que sus toques se volvían más angostos. Cada vez más profundos, sorprendidos por su propia audacia, sus dedos habían abrazado la vagina suave y peluda, mientras que sus fauces se mantenían abiertas en placer mientras cerraba los ojos. Una lenta exhalación lo dejó todo ahí, la suave piel del animal, acariciando la ahora humedecida y vibrante mujer madura. Poco a poco, pero con placer, ella acarició y aplastó suavemente el coño peludo, sintiendo la suave caricia con su clímax.