una anciana juega con su coño y se mete una polla negra

Una anciana estaba sola, totalmente desnuda, con sus manos acariciando suavemente su coño. Sus dedos eran expertos en el arte de la seducción y sí sabían cómo llevarla al clímax. Sus caderas se movían a un ritmo constante, como la música, mientras sus ojos se cerraban. De repente se abrió la puerta, una polla negra la sorprendió. Rápidamente se le pelo en su boca, ella estaba ansiosa por más. Él lentamente avanzó, sus manos masajearon el contorno de los pechos de la anciana antes de tomar su coño con una delgada capa de lujuria. Sus caricias eran suaves pero firmes, sus labios besaban quemadamente la zona mientras sus dedos la llevaban una y otra vez, más cerca al borde del placer. Su boca ansiosa se cerró sobre la polla negra, absorbe con ansias, disfrutando de la sensualidad de la situación. Ella se convulsionaba de placer, la polla negra sumergida en sus entrañas y probando su dulce clímax. La anciana estaba en éxtasis y esa noche disfrutó al máximo.