tres chicas cabalgando y besándose en el asiento trasero de un auto

Las tres chicas se sentaban separadas en el asiento trasero del auto. Los tres ojos se encontraron por casualidad. El ambiente se calentó rápidamente. Sin una palabra, se levantaron y se abrazaron. Los besos entre ellas eran cada vez más apasionados. Sus cabellos rozándose, sus labios succionándose, sus lenguas jugando juntas. Las manos de las chicas no se quedaban atrás. Se unieron en una caricia poderosa de sus pechos desnudos, sus abdomenes suaves, sus muslos firmes. Las tres chicas cabalgando. Los movimientos eran suaves, sensuales, calientes. El placer aumentaba con cada segundo, cada gemido, cada caricia entre ellas. El viaje a la gloria común estaba previsto para aquella noche.