mujeres peludas traviesas montan en la polla y se la follan

Ernesto era un hombre muy caliente de Treinta y cinco años. Su mayor fantasía sexual era encontrar a una mujer traviesa que tuviera un buen cuerpo peludo. Un día, él estaba caminando por el parque cuando vio a una mujer hermosa caminando hacia él con un gran cuerpo peludo. Le sonrió y le dijo: "¿Quieres venir a mi casa esta noche y montar mi polla?". Ella asintió con la cabeza y le sonrió mientras desabrochaba su pantalón. Se dirigieron a su casa para un encuentro salvaje. Ernesto alzó su camisa mientras ella se acomodaba en su cama y desnudaba su cuerpo peludo. Montó en él polla y comenzó a cabalgar lentamente, moviendo sus caderas de arriba abajo mientras sus cabellos peludos acariciaban su pecho. Mientras ella cabalgaba, Ernesto puso sus manos debajo de su cuerpo, sintiendo los orgasmos que empezaban a emerger desde su cuerpo. Ella aumentó la velocidad cada vez más, moviendo sus caderas alrededor de su polla, y ambos llegaron al orgasmo al mismo tiempo. Después de una noche de sexo salvaje, ambos se deslizaron de la cama, todavía desnudos. Ernesto se sentía el hombre más feliz de la tierra; él finalmente encontró a la mujer peluda y traviesa de sus sueños.