abuela y adolescente duro

Mi abuela observó con una mirada complaciente cómo su nieta, una adolescente dura, deslizaba sus dedos por su espalda. Sus manos eran tan suaves y frescas que provocaban suaves suspiros cada vez que en su piel con tacto exquisito la rozaban. La adolescente sintió la respuesta de su abuela y deslizó sus manos por su cuello. Sus labios se encontraron y se fundieron en un beso profundo, lleno de deseo. La abuela también deseaba saborear el la boca adolescente. Se sintió relajada disfrutando de los besos y los cariñosos abrazos de su nieta. Dejando que sus instintos se alimenten de la curiosa alianza que habían formado. Su amor mutuo se expandió en un momento de paz y placer. Aunque la abuela sentía un poco de vergüenza, el calor de la adolescente le hizo recordar que el amor es para siempre, y que los límites del deseo pueden ser extendidos.